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Adiós, Steve Rogers…

Acosado por sus enemigos, el paladín de la justicia norteamericano tendrá que tomar una radical decisión.

Para un superhéroe enmascarado como Capitán América, lo peor que pudo ocurrirle fue que su verdadera identidad fuera expuesta, ya que ello no le convertía solamente a él en un blanco móvil, sino a todos aquellos que tenían una estrecha relación en posibles víctimas de la maldad de grupos extremistas como, por ejemplo, Hydra.

Es por ello que al principio de este legendario cómic le vemos solo, caminando por una calle pobremente iluminada y fumando un cigarrillo mientras piensa en su destino.

Todo este momento de aparente tranquilidad se ve cortado por la súbita aparición del coloso verde, el increíble Hulk, contra el que el Capitán deberá enfrentarse una vez más para frenar su destructivo paso.

La casualidad, o no, hará que en una esquina aparezca el eterno compañero de Hulk, aquel al que salvó in extremis de ser contaminado por la radiación gamma, Rick Jones, que sin proponérselo se va a convertir en un inesperado compañero de aventuras del Capi, cuando adopte el uniforme y personalidad del tristemente desaparecido Bucky Barnes, aquel chico que fue algo más que un sidekick para Rogers, y al que perdió debido a la maldad del villano nazi Barón Zemo.

Pues bien, Rick y el Capitán se van a enfrentar a las incansables hordas de acólitos de la peligrosa organización Hydra (ya sabéis, “si cortas la cabeza…») comandados en esta ocasión por la bella pero letal Madame Hydra, una mujer que oculta medio rostro que fue desfigurado.

Y lo peor ocurre, como si de una pesadilla demasiado real se tratase, el joven y nuevo acompañante del Capi es secuestrado por los villanos, que lo usan como cebo para que el héroe se vea las caras con un enemigo casi imbatible.

Lo peor viene cuando, tiroteado, el Capitán cae al mar y su cadáver desaparece…

Nos encontramos ante un volumen al que calificaría como mítico, y no solo por lo acertado de su gran formato, que va a hacernos disfrutar el doble, o triple, del arte contenido en estas páginas. El mayor motivo es que contiene los tres números dibujados por un Jim Steranko pleno en talento, que nos regala unas páginas para enmarcar todas y cada una de ellas, jugando con la narración cinematográfica que tan bien manejaba y dejándonos boquiabiertos con unas INCREIBLES dobles páginas que nos dejan en estado de shock.

Y por si esto no fuera suficiente regalo, el gran Maestro de las viñetas, Jack Kirby, del que Steranko es confeso discípulo, se marca un número en el que un afectado Tony Stark rememora toda la carrera superheroica del Capitán América.

Argumentos que nacieron de la imaginación de Stan Lee, y convertidos en únicos gracias al talento de este par de titanes de las viñetas.

Se mire por donde se mire, este volumen es una obra única, nacida del tremendo arte de dos narradores gráficos que ya forman parten de ese imaginario Olimpo comiquero al que muy pocos logran acceder.

Por si el cómic no fuera suficiente aliciente, el tomo viene completado por un genial texto firmado por el mismísimo Steranko, que rememora aquella época y desvela alguno de sus trucos a la hora de elaborar tan impresionantes páginas.

Grandes Tesoros Marvel. Capitán América de Jim Steranko

Guion: Stan Lee

Dibujo: Jim Steranko, Jack Kirby

Tapa dura

Color

104 pags.

35 euros

Panini Cómics

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