Tan sólo el ingenio de un Maestro de la viñeta como Osamu Tezuka podía convertir la vida de Buda en un relato plagado de aventura, drama y una pizca de personal humor.
He de confesaros que no soy nada seguidor de las biografías de personajes históricos trasladadas a la viñeta. Suelen adolecer de una ingente cantidad de texto que, en vez de servir como apoyo a las imágenes, termina convirtiéndose en un auténtico lastre.
Pero claro, en este caso particular hablamos de un autor que revolucionó el medio y que, al igual que en otras de sus obras, a ésta también la impregna con su personal impronta. Osamu Tezuka.
Cualquier otro hubiera ido directo al tema, y con minuciosidad histórica, narraría la vida del protagonista de este manga, Buda.
En el caso de Tezuka para nada esto es así. En primer lugar, y para situarnos, nos explica de manera muy gráfica las diferencias sociales en la época y el lugar, el abismo que existía entre los brahmanes y los parias. El pico superior de las castas y el inferior, donde precisamente se sitúa a los dos protagonistas de la primera parte de esta distraída narración.
En estos capítulos conoceremos a una pareja de jóvenes: Chapra, un rubio muchacho que, por culpa de un ladronzuelo y su despiadada banda, se verá metido en una asfixiante situación, en la que puede ser privado de la presencia de la persona a la que más quiere en este mundo, su madre…
Pero los caminos de la existencia son inescrutables, como alguien dijo una vez, y el destino de Chapra se cruzará con el otro protagonista de estas primeras andanzas. Se trata de Tatta, un despierto chaval que posee una capacidad única: Puede intercambiar su cuerpo con el de cualquier animal, poder que sacará a los dos jóvenes de más de un aprieto.
Mil y una peripecias unirán a los chicos, y lo inesperado llegará a la vida de Chapra, que terminará convertido en el hijo postizo de un poderoso general, gracias al cual aprenderá a luchar, e incluso conocerá el amor…
Pero como ya os decía al principio, entre los ingredientes de esta obra está también el drama, y sin querer adelantaros mucho más, os diré que cuando éste hace acto de presencia la trama dará un giro total, e inesperado, que nos dejará en estado de shock.
Y es entonces cuando en el interior de una fortaleza, adscrita al reino de Kosala, nace un niño muy especial, alguien que cambiará el curso de los tiempos y cuyo nombre quedará grabado en la Historia para siempre jamás.
Pero para que esto suceda aún queda mucho que ver y aprender. Pese a ser un príncipe que cuenta con todas las comodidades y distracciones, el camino de Siddhartha no va a ser precisamente de rosas. Débil, enfermizo, su vida va a estar en peligro en varios momentos y será testigo de las injusticias propias del sistema de castas, que no logra comprender, ya que para él todo los hombres deberían ser iguales, para lo bueno y lo malo.
Pero, ¿y Tatta? No me he olvidado de él. Convertido en un adulto, su camino se cruzará con el del joven e inexperto príncipe, y ya nada será igual…
Con esta nueva incorporación a la biblioteca que Planeta Cómic dedica al Dios del Manga, Osamu Tezuka, se refrenda, una vez más, el ingenio y la suma habilidad que éste poseía para narrar cualquier tipo de historia, fuera el género que fuera e ir haciendo que las páginas de este tomo vuelen ante nuestros ojos a medida que nos sumergimos en su apasionante lectura.
Buda 1
Autor: Osamu Tezuka
Tapa dura
Blanco y negro
568 págs.
25 euros
Planeta Cómic