Concluye la mítica etapa firmada por un trío de lujo, Michelinie, Layton, Romita JR, al frente de las peripecias del atribulado Iron Man.
En este tercer tomo se confirma que la mega empresa creada por Tony Stark casi siempre se va a convertir, por un motivo u otro, en el germen de más de un problema, siempre relacionado con el brutal mundo de los negocios, en el que Tony se ha granjeado, sin él proponérselo, mucho odios.
Un claro ejemplo es la historia que abre este volumen, en la que en un viaje de negocios a Dallas, en lo que parecía a priori una cita a un congreso tecnológico para mostrar los ingenios nacidos en las fábricas Stark, se puede convertir (y de hecho, lo hace) en un sorpresivo ataque por parte de un peligroso trío de villanos que se han autobautizado como Los Saqueadores, que pondrán a Stark y, claro está, a su alter ego metálico en más de un apuro.
Pero si algo nos ha quedado claro a lo largo de esta maravillosa etapa es que, por mucha protección que tenga Tony cuando se coloca la armadura de Iron Man, hay golpes, los personales y sentimentales, contra los que no puedes utilizar los ingenios tecnológicos. Tras superar a base de tesón y con la ayuda de su pareja, Bethany Cabe, una fuerte adicción a la bebida. Cuando pensaba que todo iba viento en popa, se va a encontrar con que su chica desparece sin previo aviso, lo que le obligará a viajar a Alemania Oriental, donde va a encontrarse con más de una inesperada sorpresa que, como ya os digo, le va a golpear en lo más profundo, dejando una marca imborrable.
Aunque si hay un arco argumental que resulta de lo más impactante en este volumen es aquel en el que hace su aparición el soberano de Latveria ( o mejor dicho, ex gerente por aquellos tiempos), Doctor Muerte que, obsesionado con reencontrarse con su madre, que permanecía condenada en el Infierno, cruzará su camino con el de Tony, y mientras ambos luchan se van a convertir en inesperadas víctimas del odio de un taimado científico que, gracias a un ingenio los trasladará nada más y nada menos que al lejano reino de Camelot.
Y justo en este relato es donde sus guionistas, David Michelinie y Bob Layton, demuestran dos hechos: Lo locos e imaginativos que eran, además de la total libertad creativa de la que disfrutaban al frente de la colección, regalándonos a los lectores una aventura en la que encontramos al Rey Arturo, Morgana Le Fay, muertos vivientes, caballeros con armadura y, en medio de todo este follón, a la alianza que deberán nacer entre Iron Man y el Doctor Muerte. Todo ello llevado a las viñetas con el talento de un titán de cómic como es John Romita JR.
Además de esto, ataos el cinturón porque el protagonista se va a enfrentar a los malévolos planes de todo un plantel de villanos como Látigo Negro, Unicornio, el Láser Viviente, el Macero o el propio sistema de seguridad de la empresa, que se las hará pasar canutas a un invitado muy especial, Scott Lang, el Hombre Hormiga.
Después de este largo trayecto junto al genial trío de artistas, tan solo nos queda despedirnos de ellos y, ¿quién sabe? Tal vez en un futuro nos volvamos a reencontrar, pudiendo disfrutar de nuevas peripecias protagonizadas por Iron Man.
Obras Maestras Marvel. El Invencible Iron Man de Michelinie, Layton y Romita JR. 3
Guion: David Michelinie, Bob Layton
Dibujo: John Romita JR, VV AA
Tapa dura
Color
344 págs.
42 euros
Panini Cómics