¿A quién no le gustaría tener como obediente mascota a un demonio?
Theo Bolster, el invidente líder de ese grupo bautizado como los 500 (aunque ni por asomo son tantos) se convirtió en inesperado benefactor cuando comenzó a repartir a diestro y siniestro las impías monedas que permite a su poseedor ser el propietario de uno de los 74 habitantes del Infierno, que ahora campan a sus anchas por Londres.
Y por si esto ya no fuera suficiente caos, Ellie Hawthorne, la expeditiva protagonista de este cómic, se entera que su fallecido tío Alfie, que la sacó de la oscuridad de los internados, tiene buena parte de culpa en todo este follón, ya que con sus conocimientos de lo arcano ha rodeado la capital británico con una barrera infranqueable para humanos y también para los demonios.
Pero eso no es todo, amigos. Ya que del pasado aparece Cilliam, ex noviete de Ellie, con el que recorrió medio mundo en busca de experiencias relacionadas con lo oculto, lo prohibido. Hace muchos años que no tienen contacto y cuando vuelvan a verse las caras, el papel de este tipo, bastante alucinado, será fundamental en el devenir de ciertos sucesos.
Para colmo, la presencia demoniaca ha hecho que un grupo de ángeles baje a la Tierra y, contrariamente a lo que podíamos pensar, su método para erradicar el ¿mal? es de lo más violento, dejando por el camino a una población, que al fin y al cabo poco o nada tiene que ver con lo que está pasando, como si estuvieran viviendo una muy real pesadilla…
Es por ello que, con la ayuda de Dora Lafon, una ex policía norteamericana que hasta ahora no creía en lo sobrenatural, Glasya- Labolas, la manifestación perruna de uno de los diablos que en este caso sirve a Ellie y unas buenas bocanadas de una droga llamada Haoma, una especie de crack místico, las protagonistas deberán tratar de enmendar este tremendo desaguisado que, si no se detiene, traerá antes de tiempo el fin del mundo.
Ah, y me olvidaba de una herramienta esencial en la vida y trayectoria de Ellie, ya que por nada la apodan Bloody El… Su martillo.
Con este segundo volumen concluyen las peripecias de este personaje malhablado, que hasta ese momento ha servido a los intereses de los bajos fondos de Londres, como los de Frankie Wax, un gangster al que conocimos en la primera entrega.
El cara a cara con Bolster, el arquitecto de todo este caos tendrá lugar en el más inesperado de los lugares de la ciudad, allí donde se decide el destino de los ciudadanos, una institución hasta ahora sagrada que va a ser mancillada por la ambición del líder de los 500.
Si Spurrier, el aclamado guionista de este cómic, nos sumerge en un mundo esotérico, con una buena carga de ironía made in England, brutales arranques de violencia, y un diario escrito por el finado Elfie que nos ofrecerá por el camino toda la información que necesitemos.
Otro inglés de pura cepa, Charlie Adlard, deja a los muertos vivientes para sumergirse de cabeza en este demoniaco argumento y, como ya nos tiene acostumbrados, realizar un espectacular trabajo, acompañado por el color de Sofie Dodgson.
Si queréis conocer el destino de la capital londinense y sus habitantes, sentaos en el suelo, dentro de un estrella de cinco puntas con el este cómic en las manos y, ¡A disfrutar con su lectura!
Damn them all vol. 2
Guion: Si Spurrier.
Dibujo: Charlie Adlard.
Tapa dra
Color
184 págs.
18,95 euros
Planeta Cómic
