InicioReseñasCómicsEl asesino dentro de mí

El asesino dentro de mí

¿Existe el perdón para los pecados y atrocidades cometidos en el pasado o esa bestia oscura espera agazapada para volver a atacar sin piedad?

El mismísimo Jim Thompson, uno de los padres de esa rama del género negro bautizada como hardboiled le daría un sobresaliente a una de las mejores obras noir plasmadas en cómic. Fue 100 Balas, un brutal recorrido por el mundo del crimen, una violenta composición que nos presentó a un buen puñado de personajes, individuos la mayoría que vivían en otro mundo, por encima de la ley…

Uno de ellos, tal vez el que más pudo marcarnos fue Lono, un brutal asesino que no conocía la piedad, más bien todo lo contrario, disfrutaba con los asesinatos y, sobre todo, era un ser implacable e imparable cuando en su camino se cruzaba alguien a que debía “eliminar”.

Quiero pensar que todos habéis disfrutado de la obra que colocó en la Historia del Noveno Arte a sus autores, Brian Azarello y Eduardo Risso, y si no corred, corred a la librería más cercana para disfrutar de esos cien números que os van a golpear la retina y el cerebro.

Pues bien, en esta miniserie titulada Hermano Lono viajaremos a unas tierras donde los secuestros, el tráfico de estupefacientes y los asesinatos son algo bastante habitual, por desgracia. Me refiero a Durango, pueblo sito en tierras mejicanas.

Allí se encuentra una pequeña comunidad religiosa dirigida por el Padre Manny, un cura que mantiene una entente cordiale con la mafia local, el brutal cártel dirigido por los misteriosos Torres Gemelas, representados por Córtez, el tipo que sirve como correa de transmisión y se encarga sobre el terreno de hacer que las órdenes se cumplan.

Para ello cuenta con Cráneo, un brutal matón que muerte tras muerte ha ido limpiando el lugar, librándose de todo tipo de competencia. Uno de sus lugartenientes es el joven Pico, un chaval que fue sacado de las calles por el sacerdote y acogido en su orfanato junto a otro buen puñado de niños y niñas cuando aún se llamaba Paulo.

Y ayudando al cura, un misterioso tipo, de gran estatura, parco en palabras pero cuya sola presencia hace que la gente se lo piense dos veces antes que llevarle la contraria o importunarle. Él es Lono, y se esconde entre esta comunidad para tratar de redimirse, de frenar a ese mal que lleva dentro de él y que tarde o temprano le empuja a ejercer la más brutal de las violencias.

Como ya se conoce, rara es la noche que no pasa entre rejas, por petición propia. Así se siente más tranquilo…

La frágil tranquilidad del lugar se va a ver alterada por la llegada de dos personajes: Maddon, un mafioso que viene de Chicago y quiere hacer negocios con los mandamases del cártel, ampliando horizontes; La otra recién llegada es la Hermana June, una joven religiosa demasiado atractiva, que rápidamente despierta las sospechas de los criminales, alerta siempre ante la aparición de la DEA, departamento norteamericano que lucha contra los traficantes.

Con todos estos ingredientes tan solo podía elaborarse un cóctel explosivo, que en cualquier momento va a llevarse todo por delante y aunque trate de evitarlo con todas sus fuerzas, Lono volverá a convertirse en ese predador, provocando un baño de sangre que nos va a sacudir.

Esta fue la despedida, por ahora, de los personajes que trajeron el éxito al tándem Azzarello- Risso, y no puedo pensar en una mejor manera de hacerlo, ya que como ocurrió en la serie madre, los personajes, sus motivaciones (los que las tienen) y el entorno están perfectamente definidos, ya sea por la manera de expresarse (Azzarello es un sagaz observador de todo lo que le rodea, y así lo plasma en sus guiones, como él mismo me confesó hace años en una jugosa entrevista que tuve el placer y la suerte de hacerle) como por el magistral trazo del dibujante argentino.

Y la guinda de este venenoso pastel, ya que no podía faltar a esta cita, las impactantes portadas del gran Dave Johnson.

¡No seáis unos pinches y os perdáis esta gran historia!

100 Balas: Hermano Lono

Guion: Brian Azzarello

Dibujo: Eduardo Risso

Tapa dura

Color

192 págs.

21,50

ECC Ediciones

Últimos artículos

Línea Cinética