Este relato nos conduce a una distopía desoladora, un mundo en el que la violencia es la moneda de cambio.
Rus. Aún puede apreciarse el olor a quemado bajo los pies de sus habitantes, en esta tierra que fue calcinada en una guerra fratricida hace ya algunos año, donde enormes constructos de metal lo arrasaron todo, incluidos los corazones de los hombres y mujeres.
Ya nadie se fía de nadie, y tan solo cabe bajar la cabeza ante las burlas o las insinuaciones, ya que la muerte puede aguardarte a la vuelta de la esquina.
Pero aún queda una llama, pequeña, que puede inflamar el corazón de algunas personas, como los de los protagonistas de este cómic, que nos lleva a unas imaginarias y oscura tierras soviéticas, donde vamos a conocer a Sasha, un joven que carga con un arrepentimiento, un trauma que hizo que se alejara de su hermano gemelo Gena, al que odió sin motivo, tan solo porque su condición sexual era diferente, provocando que su pequeña familia, aquella que había sobrevivido hace veinte años al horror y la masacre bélica, se rompiera.
Pero si algo destaca al joven es su cabezonería, y ahora que sabe dónde está recluido su hermano, no cejará en su empeño de ir a rescatarlo. Triple Nueve Sochi es el nombre de la prisión, un lugar horrible en el que Gena ha sido privado de su libertad y calificado como “degenerado”.
Pero claro, las cosas no van a ser fáciles para Sasha, que debe huir y esconderse de los crueles Oprichniki, un oscuro recuerdo que se ha podrido. Ellos eran la ley hace años, sirviendo a Koschei III, pero ahora tan solo se dedican a llevar la muerte y destrucción allá por donde pasan…
Y justo aquí entra en escena la otra protagonista de este relato. Pronunciar su nombre todavía hace que muchos tiemblen y agachen la cabeza. Su anterior vida se ha convertido en una leyenda, una historia que narra los cientos de muertos en batalla que María de piedra dejó sobre a sus espalas, ya que ella era, y ojalá siga siéndolo, la mejor guerrera de estas tierras.
Pero claro, el tiempo pasa inexorablemente, y el dolor y arrepentimiento se convierten en una pesada mochila, por lo que María Kamenaya huye de cualquier tipo de enfrentamiento violento, justo lo que Sasha le propone cuando se conocen, aunque finalmente la sinceridad del muchacho, cuyo cuerpo ha sido marcado por y para la violencia, hará que emprendan un peligroso camino.
La verdad es que este equipo creativo formado por Steve Orlando y Matthew Dow Smith (ambos creadores con una fértil carrera en diversas editoriales norteamericanas) nos proponen un periplo muy original, que bebe de algunos mitos y leyendas, como el de la Baba Yaga (no hay más que fijarse en la “original” nave de combate que le roban a una ex soldado. Además de plasmar con ingenio tres historias personales, la de la cansada soldado María, o ese motín que Gena prepara con ahínco o, finalmente, la promesa que Sasha le hizo a su pobre madre, y que se convertirá en su única obsesión.
Dead Kings
Guion: Steve Orlando
Dibujo: Matthew Dow Smith
Tapa dura
Color
144 págs.
17.95 euros
Planeta Cómic