Con la década de los setenta casi en pañales, la editorial Marvel creó un título, efímero por su corta vida, que se convirtió en un auténtico, e interesante, cajón de sastre.
Imaginad por un momento que soy uno de esos añejos vendedores que hace años llamaban a las puertas de nuestras casas, ofreciendo mil y un, aparentemente, maravillosos productos.
No os preocupéis, os prometo que mis intenciones son buenas. De hecho, ¿Qué pensaríais si os ofreciera una magnífica selección de historias firmadas por guionistas y dibujantes, artistas míticos que levantaron los cimientos de La Casa de la Ideas?
¿Quiénes, os preguntaréis? Veo que os pica la curiosidad, así que, ejecutando un rápido movimiento más propio de un ilusionista, despliego una serie de páginas ante vuestros atónitos ojos, que se abren más y más.
Y es que tan solo me basta mostraros el trabajo de Stan Lee, Gerry Conway (firmando incluso bajo el colorido seudónimo Sergius O´Shaughnessy), Roy Thomas, o Bob Weinberg para que empecéis a considerar la compra de esta maravilla, este cofre de tesoros titulado Relatos Salvajes…
Pero claro, tengo una última carta escondida en la manga, por seguir con el símil del mundo de la magia. Y es que una gran historia, además de un buen guion ha de tener un dibujo a la altura. Y sí, amigos míos, preparaos para colocaros un babero, porque John Romita, John Buscema, Gray Morrow o Gene Colan firman junto a los anteriores un buen puñado de historias que os van a transportar a diferentes épocas y lugares, cada una de ellas con un interés y atractivo propios.
En un lejano futuro, siglo XXIII, en el que los hombres se han convertido, debido a su actitud machista, en servidores de las mujeres, han nacido ¡Las Femizonas! Un pueblo de bellas mujeres guerreras que ostentan el poder sobre los esclavizados machos. Pero la princesa Lyra conocerá de primera mano que no todos los hombres son enemigos…
Agarraos fuerte, porque el salto va a ser grande, llegando a un húmedo pantano, donde el científico Ted Sallis ha creado una apreciada fórmula. Lo que él no sospecha es el dramático giro que dará su existencia cuando la mayor de las traiciones lo golpee, y termine transformado en una monstruosa creación, el Hombre-Cosa, que desde ese momento deambulará por todos los rincones del universo marvelita.
En ¡Hermano negro! Volvemos a dar otra voltereta argumental y nos trasladamos a Potonga, lugar sito en África, donde el gobernador Joshua debe luchar contra las injusticias que se cometen contra su pueblo, y los planes secretos contra él, una peligrosa conspiración que le hará perder la fe en sus sueños.
Volvemos a encontrarnos con “Un lúgubre futuro”, época en la que el título de la historieta ya lo dice todo, y en el que seremos testigos de que ni siquiera la sangre hace que la compasión nazca entre los hombres, dos hermanos apellidados Linders, que viven en una sociedad injusta y cruel.
Y para el final he dejado un buen puñado de historias protagonizadas por el habitante más famoso de la Tierra Salvaje, ¡Ka-Zar!
Una serie de aventuras en las que su protagonista aún tiene ese perfil bestial de los primeros relatos, más cercano a cierto “primo” lejano suyo de apellido Greystoke… (De hecho, uno de los grandes atractivos de este primer volumen es un artículo de la época firmado por Bob Weinberg, donde se habla largo y tendido sobre el personaje, su origen en las revistas pulp, etc).
Gigantescos dinosaurios, voluptuosas mujeres que esconden las peores intenciones, tanques, los peligrosos Hombres-Lagarto, el origen del protagonistas, Shanna La Diablesa, un hermano perdido…
Estos son solo algunos de los argumentos que vais a encontrar en estas magníficas y divertidas historias. Y por si el producto ya no fuera suficiente, infinidad de textos extraídos de la revista original, además de las maravillosas cubiertas firmadas por John Buscema, Neal Adams, Boris Vallejo o Steve Fabian. Casi nada.
Creo que llegados a este punto, este primer volumen se vende por sí solo, ¿no pensáis lo mismo?
Biblioteca Relatos Salvajes nº1
VV.AA.
Cartoné
B/N
184 págs.
18 euros
