Encontrar al Padre de Todo iba a convertirse en una aventura difícil de olvidar.
Ganarse la fama. Hay muchas y variadas maneras, pero sí la que has elegido es el camino de la espada y la violencia, tu nombre terminará escrito con letras de sangre en las crónicas que los habitantes de este singular mundo se transmiten los unos a los otros.
Ruza el Mugriento lo consiguió, hizo morder el polvo y acabó con la vida de aquellos, los pobres descarriados, que luchaban en minoría contra la férrea garra de la Inquisición, cuya cabeza visible, la gélida Tenna, no dudó ni tuvo un ápice de piedad hacia ellos, que fueron masacrados, y los pocos que pudieron sobrevivir a las puertas de la inexpugnable ciudadela de la que parten los cinco ríos huyeron sin volver la mirada…
Pasó el tiempo, y Ruza pasa los días y las noches metido en tabernas donde aplaca su ansia de combate ahogándose en vino. No hay ya nadie que le rete, por lo que sigue ostentando su ominoso título. Y aunque la violencia surge de vez en cuando de manera inesperada, el bárbaro acaba como siempre, vencedor, y solo.
Pero en su camino se va a cruzar de manera inesperada una mujer, Noa. De apariencia frágil, solicita sus servicios para cumplir una venganza. Y aunque Ruza no está nada interesado en el plan, cuando descubra las increíbles capacidades de la mujer, iniciará el peligroso camino que ha de conducirlos de nuevo hacia el interior de la gran ciudadela donde, aparentemente, reside aquel que lo creó todo, un nombre que se menciona con sumo respeto y devoción, el Creador, el Padre de Todo.
En todas las aventuras el sendero no será para nada un camino de rosas, y historia no podía ser menos. La inusual pareja va a pasarlas canutas a la hora de conseguir la peculiar “llave” que les permita acceder a su destino, y será una excusa perfecta para que conozcamos el pasado de Noa, la chamana que perdió a sus dos hijos, Mya y Kren, y que tan solo busca venganza.
El género que mezcla la fantasía con la espada y brujería ha sido tratado por grandes escritores como Michael Moorcock, Fritz Leiber o, sin ir más lejos, los archifamoso George R.R. Martin o Andrzej Sapkowski. Pero la verdad es que, tras haber leído y consumido muchos relatos enmarcados en estos personales universos, pocos me han parecido tan originales e impactantes como el que nos proponen Tze Chun y Toni Fejzula.
Argumentalmente, Chun crea un argumento donde el misterio, la aventura, el drama y lo inesperado está increíblemente bien equilibrados. Se nota que este guionista y productor de televisión, fundador de la editorial TKO Comics sabe moverse bien en el mundo de la ficción.
Pero lo que realmente obnubila es el, y me quedo corto con el calificativo, espectacular trabajo de Toni Fejzula (The Veil, Dead inside, Patria…). No habréis visto mundos como el que el recrea, paisajes imposibles nacidos de su talento, monstruos que os pondrán los vellos de punta, ciclópeas ciudadelas que parecen no tener fin y una manera de llevar a las viñetas la magia como nunca nadie ha hecho.
El trabajo de diseño que Fejzula realizó en digno de elogio, y es que va desde los ropajes de los personajes, armaduras, y todo tipo de objetos que podáis imaginar, hecho este que convierte el otro viaje, el del lector, en una auténtica delicia visual.
Noa y Ruza no cejarán en su empeño, y cuando todo parezca perdido descubrirán que el mítico objeto para conseguir su propósito les ha estado acompañando durante todo su viaje, y es la que da precisamente título a este gran cómic.
The forgotten blade
Guion: Tze Chun
Dibujo: Toni Fejzula
Tapa dura
Color
192 págs.
25 euros
Planeta Cómic