La diferencia racial, unos determinados rasgos físicos, son solo el punto de partida para la inexorable caída de la joven protagonista en un estado depresivo.
Demasiado alto, o baja, rellenita, muy moreno, con mucho o poco pelo, llevar gafas, tartamudear, pertenecer a una provincia o etnia diferente…
Todos estos y, por desgracia, muchos más, se convierten en los “motivos” para que los hirientes dardos de los que te rodean se mofen de ti en clase, en el recreo, e incluso las cosas lleguen a mucho más, haciendo de tu vida algo totalmente insoportable. Los que habéis padecido bullying sabéis de lo que hablo.
Yung-Yin Lee es una jovencita surcoreana que, junto a su familia, viven afincados en los Estados Unidos, concretamente en New Jersey.
El núcleo familiar está compuesto por su padre, un tipo comprensivo, no demasiado hablador; su madre, una mujer con un comportamiento (tal como comprobaremos en el cómic) que tan solo puedo calificar como bipolar, estableciendo una relación con sus vástagos que oscila entre la de mater amantísima y la de irritante verdugo, llegando a acometer episodios de violencia física; y finalmente, Brad, el hermano pequeño, que parece llevar las cosas bastante bien, aunque lo que menos le entusiasma en el mundo es hincar los codos para estudiar, llevándose más de un pescozón.
Pero la protagonista es Deborah, que así es como se ha rebautizado Yung-Yin para congeniar mejor con todos los que la rodean, pese a que tan solo hay que mirar su rostro para saber su origen, hecho éste que pesa como una losa, que trata por todos los medios de enmascarar su aspecto, sin conseguirlo. Incluso se plantea una operación de cirugía con gran éxito en su país entre la juventud.
Afortunadamente, Deborah tiene una muy buena amiga, Kate, que se convierte en esa confesora con la que hablar de sus problemas, compartir tiempo juntas y, pese a la timidez de la protagonista, tratar de abrirse a los demás, hecho este que página tras página le cuesta cada vez más, ya que la semilla de la depresión está plantada en su interior y, por desgracia, comienza a brotar.
Lo malo es que cuando nos miramos demasiado al espejo, compadeciéndonos de nosotros mismos, no podemos ver, ni notar los problemas de los demás, que también los padecen…
Y en este camino cuesta abajo surgirá Quinn, una compañera de instituto que se convertirá en una momentáneamente tabla de salvación para Deborah, aunque como por desgracia todos ya sabemos que nada, absolutamente nada, dura para siempre.
¿Existirá una puerta de salida para huir de esta situación o, al menos, poder convivir con ella? Tal vez las decisiones más inesperadas y radicales, el cambio, supongan una vía de escape para Yung-Yin…
Deb JJ Lee, la autora de esta espectacular novela gráfica se abre de par en par, ofreciéndonos a los lectores un sincero retrato de esos años de adolescencia, en los que los traumas, las carencias afectivas, la soledad, acechan para hacernos sentir muy pequeñitos, muy solos, atrapados en un limbo del que desesperadamente necesitamos huir, abrirnos al mundo exterior.
En el limbo
Autora: Deb JJ Lee
Tapa blanda
Bitono
372 págs.
28,90 euros
Ediciones La Cúpula