En los volúmenes quinto y sexto de la colección, los maléficos planes del conde transilvano se van a ver frenados por una serie de inesperados, y letales, enemigos.
Como bien sabréis todos los que hayáis disfrutado de la inmortal lectura de la novela donde Bram Stoker dio vida a este gran personaje, el objetivo principal de Drácula es terminar dominando a toda de humanidad.
Y es por ello que, en su traslación a la viñeta, en esta colección, La Tumba de Drácula, sus pensamientos no han cambiado, más bien todo lo contrario. Y en el comienzo del volumen quinto que recoge sus andanzas dentro del universo marvelita veremos como la férrea voluntad de Lord Singleton, un parlamentario londinense, va a convertirse en una piedra en el camino (y planes) del vampiro, así como una especie de “prólogo” a un hecho que va a poner en peligro al propia existencia de este ser nacido de las tinieblas.
Pero antes, un cara a cara con uno de sus mayores enemigos que, pese a su edad y verse obligado a utilizar una silla de ruedas, cuenta con una serie de inventos son armas letales ideadas para borrar de la faz de la tierra a su némesis chupasangre.
Me refiero, claro está, a un miembro de ese singular grupo de cazavampiros que, en este momento de la absorbente trama se han separado por diversas causas (Frank Drake se ha ido a Brasil y el mudo Taj a su país de origen, La India). Nada más y nada menos que Quincy Harker, descendiente directo de aquel que sufrió las más terribles torturas por parte del malvado aristócrata.
Como ya he apuntado, mientras esto ocurre, Frank Drake se enfrentará, impávido, a un grupo de zombis, muertos en vida, de los que solo se librará gracias a la oportuna intervención de un oscuro y misterioso héroe, el Hermano Vudú, que le revelará la traición de la que ha sido objeto.
Taj Napal tampoco es que lo esté pasando demasiado bien, ya que una horda de lugareños pretende clavar una estaca en el corazón de su hijo vampirizado, por lo que los puños y palos serán los medios de comunicación en estos tensos momentos.
Sin desvelaros muchos detalles, tan solo comentar que el enfrentamiento entre Harker y Drácula será brutal, y tan solo un hecho inesperado hará que la balanza se incline hacia uno de ellos, que como siempre sucede, tiene un oscuro as en la manga que implica a otro de los cazavampiros…
El resultado del combate hará que seamos testigos, en forma de varios flashbacks, del dramático pasado de Quincy Harker.
Más tarde, Drácula seguirá buscando con desesperación unos documentos vitales para él, ya que en ellos se revela la verdad sobre la debilidad que, poco a poco, está mermando sus facultades.
Y como magnífico cierre a estos números correspondientes a la colección, tres especiales (Los Giant Size Drácula 4 y 5, más el Giant Size Spider-Man 1) donde los míticos autores de la cabecera, Wolfman y Colan, pueden tomarse un descanso). En ellos vamos a conocer el periplo que el Conde realiza hacia los Estados Unidos, donde se cruzará con un malvado ser, un agente del gobierno francés con problemas y, por fin, con un HEROE con mayúsculas del Universo Marvel. Nada más y nada menos que ¡Spiderman!
Y llegamos al sexto tomo de la colección, en el cual los planes del vampiro se van aclarando para los cazavampiros que, gracias al Dr. Scott y unas grabaciones de testigos, sabrán de la intención de Drácula de trasladarse a los Estados Unidos, en busca de una solución a sus problemas.
Justo en este momento, con el vampiro ya en Boston, muy débil, será cuando entren en escena dos nuevos personajes, contrapuntos humorísticos en la mayoría de las ocasiones. El escritor de novelitas de vampiros Harold H. Harold y la chica por la que bebe los vientos, Aurora, secretaria de su férreo editor y que tendrá un importantísimo papel en la futura trama.
En paralelo, un Frank Drake que se ha salvado del ataque de los muertos vivientes regresará junto a sus amigos por arte de magia.
Pero no olvidéis a un importante miembros de este grupo, el simpar Blade, que va a volver a cruzar su camino con ellos, ya que está persiguiendo al vampiro de cabello blanco que asesinó a su madre.
Y es justo en este momento cuando la trama se pone mucho más tensa y emocionante, ya que por fin vamos a conocer quién, y cómo, está debilitando al Conde para hacerse con sus poderes, lo que ocasionará que éste se vea en una situación de lo más comprometida. Tanto, que en un momento crítico, tendrá que sellar una alianza con aquellos que le persiguen y son sus enemigos.
El misterioso enemigo tiene un acólito que le va a hacer la vida a Drácula mucho más complicada, el enorme y letal asiático Juno, que con la afilada estaca de plata que tiene como brazo derecho busca ensartar el corazón del vampiro para terminar de una vez por todas con él…
Tranquilos, no voy a revelaros el resultado final de este enfrentamiento, tan solo diré que os dejará con la boca abierta. Y esto nos lleva a los dos últimos números incluidos en el sexto volumen. En ellos el camino de Drácula se va a cruzar con otro de los más famosos personajes del Universo Marvel, ¡el Hechicero Supremo Doctor Extraño!
Con él, nuestro vampiro favorito va a tener más que palabras, y Stephen Extraño, golpeado por la muerte de su ayudante y amigo, Wong, se verá las caras con su asesino, que ya supondréis quién es, ¿verdad?
Pero cuando uno lucha contra Drácula las cosas no son nada, pero nada fáciles…
Dos magníficos capítulos en forma de volúmenes en la saga del aristócrata transilvano, firmados por el talento del trío compuesto por Marv Wolfman, Gene Colan y Tom Palmer, que en esta ocasión cuenta con la compañía (en los tres especiales Giant Size) de David Kraft y Len Wein a los guiones, junto a las ilustraciones de Don Heck, Virgilio Redondo y el mítico Ross Andru, que tantas aventuras del trepamuros nos regaló.
Y por supuesto, al igual que en anteriores entregas, estas se completan con textos que nos ponen en situación, así como portadas, etc.
¡Os aseguro que una vez que os sumerjáis en su lectura, os resultará imposible dejar de disfrutar de esta impactante colección!