Vamos, no temáis, y adentraos en el personal universo de Thomas Ott, en el que os aguarda más de una sorpresa.
¿A quién no le gusta una feria? Los colores chillones, los gritos de alegría de los niños y adultos que disfrutan de las atracciones, el olor a algodón de azúcar, las casetas en las que probar tu habilidad y puntería, soñando con ganar ese enorme peluche que te mira tristón desde la estantería…
¿Pero y si os dijera que, dentro de algunas ferias, podemos encontrar “otra” cosa? Una vez traspasemos la entrada al Cinema Panopticum, al igual que la joven protagonista de este cómic, los colores, los gritos de alegría… todo quedará atrás.
Una niña llega, obnubilada por la sobredosis de sensaciones, a este especial lugar pero, por desgracia, en su bolsillo tan solo tiene unas pocas monedas, por lo que no va a poder disfrutar de la diversión que se le ofrece desde las distintas casetas, junto a las caras de pocos amigos que portan sus encargados.
Y nosotros lectores, deberemos estar atentos al paseo de la chiquilla ya que, como si fueran pequeñas migas de pan diseminadas por el trayecto, encontraremos rostros que más tarde, una vez dentro de la soledad de la misteriosa barraca, nos van a resultar más que familiares…
Y será ahí dentro donde cinco artefactos le ofrecerán a la niña la oportunidad de conocer, de sumergirse, en otras historias, un universo en el que lo inesperado puede surgir de una esquina, donde un abandonado hotel se transforma en la trampa definitiva o un campeón de lucha deberá enfrentarse a su oponente definitivo, pasando por la consulta de un extraño oftalmólogo que parece tener la definitiva cura para los males oculares y, como colofón, la señales que nos indican que el fin está por llegar…
Hipnotizada por lo que ve, la protagonista no puede evitar lanzarse de cabeza, al igual que nosotros, lectores, al personal universo creado por Thomas Ott, autor germano-suizo, cuyo estilo único, personal, reconocemos al instante, ya que se trata de una manera muy personal de llevar a las páginas sus historias, ejecutando un método llamado carte-a-gratter, en el que el autor, con una paciencia y talento inimaginables, van raspando la superficie oscura, y poco a poco, extrayendo de la más absoluta negritud las imágenes que componen cada viñeta, lográndose un acabado que sorprende por su originalidad y, sobre todo, porque nos sitúa a la perfección en el particular universo de Ott, repleto de misterio, situaciones kafkianas, drama e incluso terror.
Afortunadamente, en nuestro país hemos venido disfrutando de su obra desde hace ya tiempo, que primero vio la luz dentro de las páginas de la mítica revista El Víbora (Tales of error) y más tarde recopiladas bajo diferentes formatos a lo largo de los últimos años ( Hellville, Breakdown, Dead End, El número 73304-23-4153-6-96-8).
Y ahora, para todos y todas los que no conozcáis su obra, su manera de narrar, casi siempre sin la necesidad de utilizar los textos de apoyo o diálogos, lo que la convierte en una genuina muestra de narración gráfica, os llega una buenísima oportunidad con la reedición de Cinema Panopticum.
Cinema Panopticum
Autor: Thomas Ott
Tapa dura
Blanco y negro
116 págs.
16,50 euros
Ediciones La Cúpula