Años veinte, la pobreza y el hostigamiento policial hace que una peligrosa mecha prenda, con luctuosas consecuencias.
En esta ópera prima firmada por Ibán Díaz el lector se va a encontrar, en primer lugar, con un cómic que evita los farragosos textos que suelen acompañar ( y lastrar) a la mayoría de historietas con un marco histórico, distrayendo enormemente de lo importante, que es lo que acontece en la viñeta.
De hecho, hasta los protagonistas del relato son parcos en palabras, solo las justas y necesarias, lo que convierte a este cómic en una perfecta muestra de narración visual.
En el aspecto gráfico, el estilo de Díaz es limpio, enmarcado en la escuela de la línea clara, con potentes tintas y un estudiado manejo de las sombras. Y si hablamos en concreto de la narrativa, sorprende agradablemente lo bien que maneja la acción, conduciéndonos a través de la trama con total fluidez y hallando soluciones gráficas (sobre todo en las escena violentas) con gran profesionalidad.
Como decía al principio, el autor no se detiene para situarnos en la época, no es necesario ya que el volumen viene acompañado de dos útiles y completísimos prólogo y epílogo en los que se nos explica a la perfección la situación que se vivía en la capital sevillana, concretamente en los corrales de vecinos, así como en la Línea de la Concepción, y la represión ejercida por las fuerzas del orden, dejando tras de su paso un buen número de cadáveres, todo esto acompañado por una completa galería fotográfica.
El protagonista de Los pistoleros es El Grande (acostúmbrense a los sobrenombres, o motes, tan característicos y usados en estas tierras), un tipo que, como su físico acredita, hace honor a su alias. Vive en los bares, bebedor, sin amo ni causa, se va a ver metido en medio de las refriegas entre el movimiento anarcosindicalista y las porras y pistolas de las fuerzas del “orden”.
La violencia surgirá en las calles sevillanas, y una traición hará que este hombre tenga que huir, escapar de la ciudad si quiere seguir con vida, aunque tras él, como un perro de presa, un comisario le siga la pista.
El siguiente capítulo de las peripecias del personaje será en tierras gaditanas, en la Línea de la Concepción, donde el pueblo se busca la vida trapicheando lo que puede en una frontera con el Peñón de Gibraltar, desde la que vienen esos ingleses que habían convertido las tierras linenses en su particular lupanar, con todo lo que ello conlleva.
Acogido por el Cojo, un tipo que conoce a la perfección todo el inframundo de la zona, el Grande va a ser testigo de las injusticias cometidas y, aunque su idea es huir a tierras americanas, no podrá evitar meterse en alguna que otra bronca, marcando el que será su destino final.
Ibán Diáz nos regala un apasionante relato negro que se basa en hechos reales y marca el punto de inicio de la que puede ser una más que interesante carrera en el mundo del cómic español. Le seguiremos la pista…
Los pistoleros
Autor: Ibán Díaz
Tapa blanda
Blanco y negro
144 págs.
15 euros
Dirección Única Ediciones